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14 abril 2008

CONFIANZA MUTUA




Hace unos días recibí un correo muy amable de David González . Amante de la bici y redactor entre otros medios de la revista CICLISMO A FONDO .Lo que me quedó claro desde el principio es que es un apasionado de la naturaleza que merece ser reconocido, aunque sea a través de este modesto blog.


El zorro que es un animal que tiene que soportar la mediocridad humana de todos los puntos de nuestra geografia, se muestra en estas fotos hechas en el Monte del Pardo (Madrid), como un ser vivo más, confiado y agradecido ante quién como David y sus amigos le admiraron un ratito y le dieron de comer y beber en su propia mesa.


Así se hace historia, así se desarrolla una sociedad civilizada y moderna, con cariño, conocimiento e inteligencia para el resto de nuestros vecinos, y más en este caso cuando se trata de un animal despreciado por muchos.

No paro de pelear cada día de mi vida con escopeteros (distingo siempre entre cazadores y escopeteros) para salvaguardar el honor del zorro (Vulpes vulpes). Estoy hasta las narices de que se le achaquen todos los males del campo español y de que se le persiga sin ton ni son en todas partes. Espero que estas fotos y esta historia, os permita como a mí, identificar de una vez por todas ¿de que lado estáis?.

David y este que escribe : del lado de los zorros, lobos, sapos y culebras antes que del lado de algunos bípedos de nuestra propia especie que no deján de putear a esta tierra tan bella que tenemos y a todas sus criaturas.


Os dejo con las fotografias divinas, que me ha enviado David, y el propio relato escrito por él de ese "sueño de una noche de verano"....sueño de pelo rojo y orejas punteagudas.

"Aquí tienes las fotos sobre mi amigo el zorro. El encuentro sucedió una noche del verano pasado en el Monte de El Pardo. Acudimos tres amigos a cenar, como es nuestra costumbre, en pleno campo, en un lugar donde nuestra única compañía es una mesa de madera y las encinas y jaras que la rodean. Cuando dejamos la cena encima de la mesa, nos sorprende un zorro que se abalanza sobre la misma. Pudimos contener sus ansias, pero él espero a que acabásemos de cenar. Entonces no dudamos en brindarle los restos de tal exquisito manjar. No tenía ningún miedo y no dudó en coger los huesos de nuestra propia mano. Lo que no se comió, lo enterró a modo de despensa. Y después le dimos un poco de agua que bebió en el propio vaso. Esta estampa, que lejos de recordar aquellas que muestran a un zorro como objeto de caza, contempla a un animal hambriento que quizá no sepa, por el entorno donde vive, que el hombre se ha eregido como su principal enemigo.  A través de ella quiero reivindicar la defensa de este animal tan bello y astuto como a la vez perseguido. Aún son muchos los que mueren víctimas de envenenamiento o al caer en lazos y es que su gran enemigo sigue siendo el hombre, que desde tiempos remotos le ha considerado una competencia para la caza o un ser amenazante para sus granjas"