PARA QUITAR LA MUSICA PINCHA SOBRE EL ICONO DEL ALTAVOZ



21 julio 2008

MI VISITA A LA EMBAJADA DE EEUU

A requerimiento de la Embajada de los Estados Unidos de América en España, asistí a una reunión el pasado día 17 en sus instalaciones de la calle Serrano de Madrid.
FUE TOTALMENTE IMPOSIBLE que dejaran pasar a mi abogado conmigo. Se nos dijo que eso conllevaría darle un carácter “oficial” a nuestro encuentro y que no podían aceptarlo.
Yo me negué a entrar por tanto, pues me parecía de nuevo “surrealista” la situación, sin poder, después del disgusto que me dieron en Arkansas, hacerme acompañar de la persona que profesionalmente me cuida y asesora aquí y que deseaba como yo precisamente imprimirle carácter OFICIAL a esta visita.
Al final y después de una hora de deliberaciones, aconsejado por el equipo jurídico que me asiste, accedí a reunirme con el portavoz de la Embajada, así como con una persona del área jurídica de dicha institución y otra del departamento de prensa.
El tono fue cordial e informativo. NADA MÁS.
Quiero que sepáis, que aún con un grado de conocimiento de mi historia muy preciso, como podéis imaginar por la exactitud con que se mueven los servicios informativos de esa embajada en España, NO SE ME HIZO ALUSIÓN ALGUNA a la ingente muestra de apoyo que TODOS VOSOTROS habéis hecho llegar al embajador, en forma de FAX, CARTAS y E-MAILS en las últimas semanas.
Sencillamente, se me hizo un retrato POSITIVISTA, OPTIMISTA y NAIF de la situación a la que me he de enfrentar en el futuro, describiéndome un panorama que no ha de preocuparme y del que no debo dudar. Tendré que asistir a ese juicio, en el que me juego 6 años de mi vida, “tranquilo y confiado”.
Nada de lo que ha ocurrido, ninguno de los eslabones de la cadena de injusticias, vejaciones, errores y desprecios a mi persona y a mi familia, por parte de la policía y el sistema de administración de justicia de la ciudad de Conway (Arkansas), parece contar lo suficiente como para haberme hecho sentir apoyado por esta embajada en momentos como estos, intentando hacerme ver un atisbo de rectificación.
Tendremos por tanto que dar por “bueno” todo el proceso y confiar en mi abogado de Arkansas –y en su minuta- , si queremos salir bien parados de esta INJUSTICIA.
Así se me comunicó y hasta ahí, irá y va la Embajada de EEUU en esta historia.
Por supuesto NI IMAGINAR que el señor embajador don Eduardo Aguirre se vaya a implicar en al menos poder explicar desde su óptica de representante de ese país en el mío, a los suyos –al Gobernador de Arkansas por ejemplo- que tipo de persona soy, a lo que me dedico, cuales son mis antecedentes aquí y cuantas personas como vosotros consideráis que es imposible que yo vaya con una estrellita de plástico por ahí usurpando la personalidad de la policía, atentando así contra la paz y la ley del estado de Arkansas.
Sé que varios de vosotros, instituciones y organismos del propio Gobierno de España, habéis hecho gestiones directas en el entorno mas cercano al propio embajador para que este me recibiera personalmente y se interesara por mi caso, pero ya veis ESA POSIBILIDAD HA SIDO DENEGADA.
Por tanto, salí como entré, preparado para enfrentarme a un futuro incierto y que amenaza la salud y la tranquilidad de los míos y de mí mismo, como podéis imaginar.
Sigo en libertad y con cargos INVENTADOS por un sector de la policía de Arkansas que de manera injusta, racísta y peligrosa, se ha metido en mi vida, de modo traicionero y dañando mis expectativas profesionales y personales.
LO MEJOR: VOSOTROS. Me siento arropado y querido. Orgulloso de todos los que desde el primer momento habéis actuado con generosidad y cariño hacía mí y mi familia sin vacilar un segundo. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.